viernes, 23 de enero de 2009

CAPÍTULO 7: LA NATURALEZA DE LAS CRISIS CAPITALISTAS

Marx nunca perdió de vista el problema de la crisis. Las crisis son fenómenos complicados que no podrían ser plenamente analizados en los niveles de abstracción a que El Capital se reduce.
La producción simple de mercancías y las crisis.
En cuanto que la forma de transacción, de trueque es mercancía – mercancía, en las condiciones de producción de mercancías desarrolladas, la forma de cambio se convierte en mercancía – dinero; así la función del dinero es dividir el acto del cambio en dos partes que, por la naturaleza misma del caso, pueden estar separadas en el tiempo y en el espacio.
La ley de Say.
La ley de Say sostiene que a una venta sigue invariablemente una compra por igual cantidad; en otras palabras, que no puede interrumpirse la circulación mercancía – dinero – mercancía, y por lo tanto no puede haber crisis ni sobreproducción. La ley de Say transforma esto en el dogma de la imposibilidad. Nadie advirtió más claramente esto que Marx. Él ridiculizó este razonamiento. En realidad, uno no esta obligado a comprar solo porque ha vendido. La venta y la compra están separadas en el tiempo y en el espacio. El dinero es algo más que “el medio por el cual se efectúa el cambio”; es el medio por el cual el cambio se divide en dos transacciones separadas y distintas, la venta y la compra. Si uno vente y deja de comprar, el resultado es la crisis y la sobreproducción.
El capitalismo y la crisis.
La forma de circulación M-D-M, que es característica de la producción simple de mercancías, se convierte bajo el capitalismo en D-M-D. En lo que concierne al valor de cambio, la M al comienzo y la M al final son idénticas. Parece que la dificultad está en que el tipo de interés es demasiado alto, pero lo que realmente significa es que antes que prestar su capital a los empresarios a tipos inferiores, los capitalistas prefieren conservarlo en forma de dinero.

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